PATRICIA MUÑOZ NAVA
Mi madre es una mujer a la que siempre he admi-rado, porque le tocó crecer y madurar con sus hijos y nunca escatimó en darnos a mi hermano y a mí lo mejor que tenía. Y si bien ella ha sido como muchas mujeres que se casan y crían hijos muy temprano, siempre buscó la manera de ofrecernos lo mejor. De formación maestra de inglés, organizó peque-ños grupos en la cocina para que pudiéramos apren-der inglés en compañía de otros críos, mientras generaba una economía extra para la casa, pues los recursos de los que disponía eran bastante limitados. Excelente administradora, nunca se notó en casa la falta de dinero y, si bien alentó a su marido a buscar otras alternativas financieras, fue siempre ella quien completaba la quincena vendiendo mil y una cosas mediante la simpatía y don de gentes que hasta hoy la caracterizan. Decidió invertir en la educación de sus hijos atendiéndolos personalmente y, en cuanto sintió que ya los había encaminado, regresó al ámbito laboral como asistente...