MI ABUELA MATERNA, MARÍA
Como si la estuviera viendo: pequeña, enjuta, con el pelo largo, que cada mañana peinaba sobre su peinador y recogía en un moño llamado topo. Vestido negro, faldón largo y un gran delantal con dibujos a cuadraditos blancos y negros ceñido a la cintura, anudado por detrás con una lazada; sempiternas medias negras y gruesas, y zapatillas de paño negro calzando sus pies. Sobria y elegante, denotaba distinción. Trabajadora y muy habilidosa. Recuerdo cuando mataba un pollo o un conejo para la comida con esas manos pequeñas, huesudas, que servían para todo. De cualquier retal de tela era capaz de sacar mil cosas para la casa. Madrugadora y de misa primera, los domingos a las 6h. Nacida a finales del siglo XIX, era la única hija de unos padres honrados, justos y nobles. Podría haber sido una Reina. Sus expresivos ojos delataban callado sufrimiento. De pata quebrada y en casa , exprimiendo al máximo los escasos recursos de los que d...