NATALYA (traducción)
Cuando hace aproximadamente un año descubrí su fascinante foto de perfil en internet (en un chat de YouTube), con el cabello al viento y grandes gafas de sol, sentí una gran curiosidad por sus textos y he aquí que esta buena impresión no quedó ahí, sino que adquirió un rumbo, por así decir, esperable: un lenguaje fascinante, rotundo y suave a partes iguales, expresivo y accesible; el lenguaje de una mujer que tiene los pies firmemente plantados en la vida y, al mismo tiempo, deja volar sus palabras y su alma con una libertad sin precedentes. En el transcurso de nuestro tímido contacto inicial, aprendí a valorar cada vez más sus intereses exentos de superficialidad; su naturaleza compasiva, pero en absoluto hipócrita; su franqueza amable y elogiosa y su absoluta transparencia. Ahora, a pesar de los 6.600 kilómetros que nos separan, me siento más cerca de ella que de cualquier otra persona, y ha llegado a convertirse en alguien muy importante en mi vida. Gracias a el...